Hacia la mar de mi desesperanza
Hacia la mar de mi desesperanza
los ríos de tus dedos corren, fluyen;
llantos se abaten, torres se construyen
a cierto amar por golpe que me alcanza.
Alto jaguar me crece, se abalanza,
leopardos me ciegan, vientos huyen,
pero con leve roce los destruyen
tus manos en mi mano y mi esperanza.
Mi amor y gloria en este mundo caben;
aquí, en este nido, donde sabe
a zumo de marea el beso mío.
Sobre tu mapa un navegar se inicia
desde mis labios, rumbo a la caricia,
por la armonía ingrave de tu río.
(Publicado en Pandero nº 8, Diciembre)