Soñar, Señor…
(A Lucrecia Gallé)
Soñar, Señor, soñar mientras vivimos,
mientras nos puede y nos consume el día,
no importa que en tu huerta y en la mía
se nos sequen espigas y racimos.
Soñar, Señor, soñar mientras sentimos
amordazarnos la monotonía;
que se nos venza la melancolía.
Soñemos, hombres, mientras nos morimos.
Yo entre mis sueños siempre, Tú en tu arcada;
cada hombre luchando con su suerte.
¿Quién vence a quién aquí y quién espera?
Soñar y nada más; no importa nada.
…Que si la vida es dura… si la muerte…
¡Alzad y habladme de la primavera!
(Publicado en Alor, 1954, Badajoz
y en Caracola nº 214, Agosto de 1970, Málaga)