“Nostalgia por la bahía gaditana”
(Homenaje a Jose María Pemán)
A corazón abierto y despeñado
inicio un caminar por tus orillas;
prado será la mar y empavesado
mi barco surcará tu geografía.
Mi corcel subirá la loma frágil
del olear sencillo de tu gracia
y como antiguo pescador de Cádiz
mi navío-corcel será mi casa.
Las puras coordenadas de mi sueño
trazan las líneas de mi singladura;
amar para el espacio, eje del tiempo
para colmar a pulso mi andadura.
Bahía gaditana, novia mía
para abrazarte en vilo por tus playas,
y el tenue manto de la arqueología
donde nace la mar del ser de España.
Gozo tu sal, tus aguas acaricio,
entretengo mi mano en tu cabello.
Al norte del amor se abre el camino
que lleva a los lagares de tu beso.
Hijo de ti, madre matricia, amada;
mi cultura es el peso de tu historia,
oprimen tus milenios mis espaldas
y mis venas se adensan con tu aroma.
Y limito mi aliento en tu latido,
mar en sirena, flor de matrimonio,
y en tu origen murado y tus castillos
consumo los mil siglos de mi asombro.
Y concierto mi afán con el silencio,
el perdurar la gracia y la añoranza;
pinares ancestrales, con el viento
de tartésicas voces por sus ramas.
Y convoco la luz de tu consorcio,
amadores rendidos de tu espera,
Geriones conquistando el patrimonio
de un lugar en tu carne y tu leyenda.
Con Césares palpando en tus entrañas
el dominio del orbe y tu hidalguía;
Balbos del mundo, granazón de España…
En ti comienza la mitología.
Hércules y salinas; las Hespérides
por las márgenes dulces del Letheo,
y el cuajar en prodigios de altas fuentes
su estela aventurera a Menestheo.
Venus mía, cobijo de mi gloria,
cóncavo seno, gruta de alegría,
esteros para amar, gozo en la sombra,
Venus, bahía fiel y novia mía.
Llamarte Continusa o Eritheia,
hablar verbo remoto en vasos nuevos,
o lanzar como trémulas cometas
luces de Cádiz, orlas de los puertos.
Y los recuerdos sobre las espumas…
Virgen adelantada del Atlántico.
Un perdurar de trinos y de lunas
codicia los esquimos de tu ramo.
Sierra lejana, olor de lejanía
cerrado en el contorno de tu arena;
vides de plata, honduras de elegía
para decirte adiós desde la pena.
Aquí, sobre las torres, junto al oro
de la tarde cayendo en la penumbra
-miradores de fuego, aire barroco-
celebro el matrimonio y su aventura.
Contigo el caminar, novia y esposa,
en ti queda el amor, sobre tus aguas;
amor, amor, amor, destino y gloria,
nostalgia en flor, bahía gaditana.
(Publicado en Caleta, 1967
y en III Festival Poético de Primavera de Arcos de la Frontera, 1977)