La muerte en los pinceles
I
(El Bosco)
Jardín de las delicias de la muerte
para inundar mis poros de tristeza;
una flor que me nace en la cabeza
huele a una dura, a una mala suerte.
Cantan los huesos de la vida fuerte
pero desmadejada pieza a pieza.
¿Se sabe dónde mi derrumbe empieza?;
¿Dónde empieza la muerte a someterte?
Mis ojos acarician los gusanos
a través de la urdimbre de la tela
haciendo al mundo más temible y hosco.
Se me agosta la flor de mis veranos
frente a su mundo, su podrida estela,
muriendo en vida y admirando a El Bosco.
(Publicado en Azupirán, Julio de 1987, Arcos de la Frontera)