Sexto poema de olvido
Quince pedazos, corazón partido,
que yo quisiera recoger en uno;
aire después de amor, que no desuno
por no echar tierra sobre mi descuido.
Negror al aire de tu amor perdido
-que no hay negror como negror ninguno-
porque no puedo, amor, que no reúno
el aire de tu ausencia, de tu olvido.
Quince pedazos, corazón dejado
sobre la misma mesa de tu frente
-aire, amor, corazón, frente, negruras-.
Ya tengo al corazón desmenuzado
y te lo traigo a ti, tímidamente,
para fundirlo entre tus manos puras.
(Publicado en Platero nº 7, 30 de Junio de 1951)