A tus trenzas
“Volverá tu niñez y jugaremos”
Mambrú, decapitado, por el río
flota con el sudario de tu trenza;
tu infancia quedó lejos,
dentro de ti y eternamente muerta,
y estás aprisionada
entre duros latines y secos teoremas.
Quien volviera a tu infancia nuevamente,
verte otra vez de niña en una rueda,
con tu vestido blanco,
todas las tardes de la primavera;
y cuando a la sombra de una acacia
te me quedes mirando, toda trémula,
estaremos unidos
con el eterno lazo de tu trenza.
(Publicado en Yunque nº 10 y nº 11
y en ABC, 20 de Octubre de 1990)