Reja
Dejadme aquí trenzada en la blancura,
quieta en la cal y por la cal clavada,
queriendo remontar cada alborada
para dejar mi firme arquitectura.
Mancha en la cal; qué nueva singladura
quise buscar en mi pasión alada,
para quedarme aquí, crucificada,
viajera en mi nave de amargura.
Viajera en mi nave, yo que en vilo
quise tener mi corazón al filo
de alguna estrella o algún aliento,
miradme quieta aquí, presa entre flores,
centinela del aire en mis ardores,
conjugando la calle con el viento.
(Publicado en Platero nº 34, 1950)