VILLANCICO DEL ÁNGEL DE CÁDIZ EN LA
NOCHE DEL NACIMIENTO
Tan antiguo como el mundo,
Señor, y vengo a tu Amor.
Vengo
y te traigo lo que tengo:
un alegre mirador.
Es un mirador pequeño,
para mirar desde el sueño,
Señor,
para tener en el sueño
un pequeño mirador.
Caracolas sí que tengo
donde el ruido del mar
no es el ruido del mar,
sino el canto de mi amor.
Pero no te traigo mar,
pero no te traigo amor;
el amor vino delante
y el mar atrás se quedó.
Un pequeño mirador,
Señor,
para ver desde tu cuna
gozos de mi corazón.