EN QUE EL POETA DECLINA EL NOMBRE
DE LA AMADA
Violeta, Amor, ya corazón, te espero.
Te espero, sí, te espero y te proclamo,
te llamo "fiesta" y ya por mí derramo
la fiesta de tu nombre colmenero.
Te llamo como puedo y como quiero:
Amor, Violeta, corazón, te amo,
te digo "mi avispita" y ya te llamo
"hormiga mía" sobre mi sendero.
Si pronuncio tu nombre, se ilumina
como una miel gozosa mi verano
en cada nuevo aliento que te crea.
Todo comienza en ti y en ti termina;
la tarde tiene el cuenco de tu mano
y el corazón te pide y te desea.