19
Acodado en las barandas
de las rocas de mi tiempo
miro el embate del agua
socavando los recuerdos.
Allá la torre homenaje
que levantaba en silencio
campeando los escudos
de ilusiones que no fueron;
más acá, las galerías
de negras minas de miedo
donde se fueron tirando
amores que se pudrieron;
en el centro, los vallados
de espinos de aquellos versos
que dentro nos arañaron
y dentro se nos murieron.
Y yo, minero en el alma,
derribando y construyendo,
para quedarme acodado
en las barandas del sueño
viendo que el tiempo me arrastra
en los torrentes del tiempo.