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Siento latir el tiempo en mi contorno.
Como un pájaro herido me convoca.
Arena o tiempo, cordillera o roca
que nace en sí y a sí se tiene en torno.
De su alma salgo y voces sin retorno
al tiempo me condenan, y la poca
esperanza que escapa por mi boca
hacer tener al rojo vivo el horno.
En el horno me quemo y me consumo.
El tiempo arroja leña, y yo, sumiso,
arrojo mi tristeza y mi alegría.
Por el fuego sabrás dónde está el humo.
Y en las brasas verás a uno que quiso
escaparse del tiempo... y no podía.