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Para Pepita y Pepe Moreno
Con pocos signos
se puede levantar un monumento
al roce de un instante.
Con escasos
instantes puedes condenar tu vida
al duro oficio de olvidar.
Perduran
sensaciones inútiles que nada
te han de decir cuando te vuelve; sobran
ramalazos de fuego que cenizas
ya nada más te inundan. Sin embargo
en cada vida quedan sólo algunos
instantes que merecen
la eternidad por compañía,
Y has de esforzarte en enterrarlos
bajo montes de olvidos
porque no puedes caminar con ellos
abriéndote la herida a cada paso.