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Para Carmen y Alfonso Cuvillo
Puede que te refugies entre cosas,
entre palabras y costumbres,
cuando te atacas con las más auténticas
verdades que te brotan
desde tu propia identidad.
Y nunca
acomodo tendrás entre tus sueños
porque conocen hasta lo indecible
los límites que marcan tus arrojos,
o como quieras que los llames.
Por eso vagarás sin adentrarte
en el único mundo que podría
enarbolar banderas que marcaran
tu paz y tu sosiego.
Por eso nunca
podrás reconocerte en las imágenes
que te gritan verdades como puños.
Y por eso
nunca podrás parar en las huidas
que inicias desde ti
para acabar desembocando
en el tú que rechazas,
al que ni estimas ni conoces,
y al que estás condenado sin remedio.