24
Para Cari y Emilio Durán
Van fuegos fatuos pregonando
esos estigmas
de tu condenación.
Nadie lo sabe, pero tú respondes
como si todo el mundo conociese
que has quedado aplastado en los recodos
más negros que tenías;
como si nada
pudiese rescatar los viejos sueños
que has ido sumergiendo en la memoria
para que no te molestasen.
Treinta
monedas te resuenan luminosas
en los bolsillos de la desesperanza
para comprar los besos que no existen.
Y si acaso te piensas
que has sido millonario de ilusiones,
se aplastará contra tu frente
esa pobreza rutinaria y cómica
que naciendo de ti se muere en nada
y que va proclamando esos estigmas
con que hipotecas tu futuro.