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Si vieras cómo a veces
se elevan los recuerdos que ignoraste...
Tan sólo una canción, un paisaje remoto
o nada, los rescata
del fondo de los mares del olvido,
de las minas ocultas
que el tiempo va enterrando en sedimentos
para formar la pulpa prodigiosa
de una gema que inunda
de frescas brisas tus ajadas manos.
Y con los resplandores conquistados
te sientas en el borde del camino
para vivir cada instante
ese trozo de tierra
que deshacen tus manos, aun sabiendo
que ya no tienen el olor de la lluvia
que un otoño lejano las mojó.